jueves, 24 de octubre de 2013

POR DIGNIDAD

 
 

 
 
                           TERMÓPILAS
 
 
                                     Honor a aquellos que en sus vidas
                                     custodian y defienden las Termópilas.
                                     Sin apartarse nunca del deber;
                                     justos y rectos en sus actos,
                                     no exentos de piedad y compasión;
                                     generosos cuando son ricos, y también
                                     si son pobres, modestamente generosos,
                                     cada uno según sus medios;
                                     diciendo siempre la verdad,
                                     mas sin guardar rencor a los que mienten.
 
                                     Y más honor aún les es debido
                                     a quienes prevén (y muchos lo prevén)
                                     que Efialtes aparecerá finalmente
                                     y pasarán los persas.
 
 
 
KONSTANTIN KAVAFIS
 

          En días como hoy no quiero dejar de recurrir, una vez más, a esta joya de la poesía ética del gran Kavafis. Algunos dirán que me repito, pero es que la situación no sólo se repite sino que se agrava. Este es un blog de poesía, de amor a la poesía. Y, como dice mi amiga Trapisonda, no viene mal recordar en cada momento que hay versos para todo.
        La anécdota es sobradamente conocida: en el año 480 a.C., el rey espartano Leónidas defendió, hasta morir, el desfiladero de las Termópilas contra la invasión persa. Fue derrotado al fin cuando un traidor -Efialtes- facilitó a los persas de Jerjes el camino de acceso al desfiladero. Pero el poeta no habla de Historia, sino de dignidad. Lo que quiere decir es que hay momentos trascendentales en que las personas tenemos el deber de defender nuestras convicciones, aunque sospechemos que, al final, tal vez sólo nos quede la dignidad de nuestra derrota. Los persas pasarán, seguramente ya han pasado. Pero hay miles de motivos que nos impiden cerrar los ojos y cruzarnos de brazos.
 
 

sábado, 19 de octubre de 2013

LA CÓLERA

 
 


      El poeta Manuel López Azorín me ha dado la alegría de escribir y publicar en su blog una reseña de La cólera, el libro con el que gané (ex-aequo con Carlos Izquierdo) el Premio Joaquín Benito de Lucas en el año 2011. Ni que decir tiene que me ha hecho una enorme ilusión, además de sorprenderme gratamente, pues ignoraba que el libro hubiera suscitado el interés de alguien ajeno a mi familia o a mi círculo de amigos. Yo le agradezco mucho su atención y sus amables palabras y dejo aq un enlace. 
 
 

lunes, 14 de octubre de 2013

POETA EN NUEVA YORK

 
 

      Siempre es saludable y estimulante revisitar un libro como éste, sin duda uno de los acontecimientos literarios del siglo XX, la indiscutible obra maestra del poeta Federico García Lorca. La publicación en Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores de la "primera edición del original",  supuestamente la versión más fiel, fijada y anotada por Andrew A. Anderson, era una buena excusa para ello. Rodeado de problemas textuales que, sin duda, han contribuido a envolver al libro en un halo de misterio, Poeta en Nueva York tiene una historia complicada: publicado póstumamente en 1940, tuvo dos "primeras ediciones", una en México y otra en Nueva York, que presentaban significativas discrepancias entre ellas. En el estudio introductorio de esta última edición, Anderson trata con detalle (quizá demasiado detalle) la tortuosa peripecia sufrida por unos textos que Lorca, asesinado en agosto de 1936, había dejado sin organizar. El resultado es una visión de conjunto de cómo evolucionó el libro antes de tomar su forma definitiva. Al parecer, el original que más se acerca a la última voluntad de Lorca fue un caótico galimatías (en parte manuscrito y en parte mecanografiado, lleno de correcciones y tachaduras) que el poeta entregó a José Bergamín sólo unos días antes de su muerte. Ese original se había perdido, hasta que en 2003 la familia lo adquirió en una subasta por casi 200.000 euros. No da la impresión, a la vista del facsímil que reproduce los textos mecanografiados y manuscritos, de que ese original fuera una versión definitiva. Sinceramente, creo que ya nunca sabremos cuál hubiera sido el resultado final del libro si la guerra civil no hubiera truncado la vida y la obra de su autor. Y tampoco creo que eso importe ya demasiado.

 
      Los poemas que forman parte de este libro emblemático están escritos en la ciudad de Nueva York el año (1929-1930) en que Lorca vivió como estudiante en Columbia University. Tenía 31 años, nunca había salido de España y estaba sumido en una profunda crisis personal. Fue la experiencia más útil de su vida. Allí vivió el crack de la bolsa que, en 1929, desencadenó la terrible crisis económica y social que conocemos como "la gran depresión". El encuentro directo con la ciudad que se erigía en símbolo del capitalismo y del mundo contemporáneo, masificado y deshumanizado, marcó profundamente su obra. Supuso, sin duda, un punto de inflexión no sólo en su poesía sino también en su obra dramática.
      Sin quitarle mérito a la edición del profesor Anderson, lo que verdaderamente me ha hecho disfrutar (y mucho) ha sido la relectura del libro, un libro seguramente inacabado que contiene algunos de los mejores textos de la poesía universal del siglo XX.

 

sábado, 5 de octubre de 2013

ALQUIMIA



"Interior. Día."


Una estancia vacía
en la penumbra
-piedra filosofal,
esfinge, demiurgo
(en el principio
existía el silencio)-
hará estallar la luz,
la palabra, la música.




Islas, 1991
(VII Premio "Ángel González" de poesía)